Por Keilla Ballesteros Publicado en el diario La Prensa, Suplemento Nosotras, el 29 de Junio del 2010

Un sueño hecho realidad. Así describen las hermanas María Isabel, Silvia Elena y Lía Rosa Siles Ortega la apertura de la Academia de Arte Gil Sil, para honrar el legado que dejó su padre y maestro Gilberto Antonio Siles González (q.e.p.d.), músico y compositor masayés. “Era un sueño de mi papá tener una academia, pero debido a las circunstancias económicas, mientras él vivía, no se pudo, sin embargo, ahora decidimos juntar nuestros talentos en su nombre”, cuenta Lía Rosa. Éste es un proyecto familiar. “El 31 de diciembre del año pasado nos propusimos con toda la familia unir esfuerzos y metas individuales”, afirma Silvia.
Nacidas y criadas en la “Ciudad de las Flores”, Masaya, el “trío” lleva la música en la sangre. “Desde pequeñas, a los 5 hermanos, mi papá nos inició en la música, ya que él quiso que nos gustara. Era algo bello y muy nuestro”, cuenta María Isabel.
Lía Rosa y Silvia Elena tocan la guitarra, piano, flauta dulce y percusión, también bailan folclor y disfrutan de la pintura al igual que María Isabel. “Hace muchos años participé en un concurso de talentos con un tema inédito de mi padre”, cuenta Silvia.
Aseguran sentirse realizadas como mujeres, esposas y profesionales. “Queremos ser una inspiración para las demás mujeres que tengan una meta. Hay que echarle ganas y definir un buen proyecto”, concuerdan las hermanas.
Más del trío musical
La perseverancia, fortaleza y sensibilidad las identifica.
María Isabel es casada desde hace 35 años y tiene dos hijas. “Hemos mantenido vivo el amor gracias a una buena comunicación y respeto como profesional, madre y mujer que soy”. LLeva 32 años como docente universitaria y aunque es la única que no toca ningún instrumento disfruta sus ratos libres en la computadora, además de bailar folclor.
Lía Rosa es viuda y con tres hijos. “Como profesional me siento realizada con este proyecto, gracias a los esfuerzos, aciertos y desaciertos”. Tiene 30 años de experiencia en la docencia. En sus tiempos libres se dedica a la comunidad de su parroquia. “Crecer en el aspecto religioso es muy importante para mí”.
Silvia Elena está casada hace 40 años. “Dios nos mantiene unidos”.
Además, cuenta que su hija (Elizabeth Alemán) es la primera mujer violinista en nuestro país, por lo que asegura sentirse orgullosa. “Es una herencia. Todos llevamos la música dentro”.